“Bienvenidos a Huntington Beach, California”
Oh! No me había dando cuenta que venía hacia Huntington Beach, gracias por recordármelo, estúpido cartel de bienvenida
Nací en Nevada, me crie en Nevada, crecí en Nevada y tenía pensado morir en Nevada, alguien tiene el favor de explicarme porque ahora estoy llegando a Huntington Beach?
A si, se me olvidaba.
No era mayor de edad, pero estaría en Huntington Beach sola, sin ningún adulto que se hiciera cargo de mí.
Si, era una persona que acababa de salir del Instituto y ahora era una universitaria.
Podrían estar preguntándose porque vine aquí a estudiar y no me quede en Nevada, si tanto me gusta. Fácil: a pesar de todo, quería la independencia, tuve la oportunidad y Chanan! Aquí estoy.
Lo que odio de todo esto es que él tener que arreglar, ordenar y hacer cosas que tiene relación con una mudanza.
Al menos, hoy es el último día de todo y solo vengo yo, con mis cosas personales.
Era medio día en Huntington Beach (si repito ese nombre nuevamente, me golpeare. Ustedes son testigos), era verano y comenzaban las vacaciones, así que el lugar estaba lleno de gente por todos lados y un claro ejemplo de eso era el aeropuerto.
Tenía que buscar un lugar para comer, mis órganos internos comenzaban a reclamar.
Las calles de… ok, no romperé mi palabra y no quiero golpearme en medio de la calle. Como decía, las calles eran bastante amplias, al menos así lo era la avenida principal que estaba al lado de la playa, que ya estaba llena de gente. Había bastantes árboles y la gente pasaba a tu lado sin tomarte mucha atención.
Si, era como en todos lados y como se veía en la televisión.
Me gusta.
Pero como olvidar presentarme después de todo! Mi nombre era Samantha Sullivan, tenía 17 años casi recién cumplidos (ok, mi cumpleaños fue hace cuatro meses), era de piel completamente pálida, por lo que no era muy amante del sol por razones obvias, mis ojos era de color azul, muy azules para mi gusto y mi pelo era de un color negro azabache, cien por ciento natural. Solía llevar las uñas de color negro o rojo, delineaba bastante mis ojos de color negro (según mi madre parecía mapache), pintaba mis labios de color rojo (pero solo un poco, no quería parecer cualquier cosa). En este momento llevaba puesto unas zapatillas vans negras, unos tipillos morados bastante ajustados y una polera negra, sin ningún estampado, bastante bien para mí.
Pero basta de hablar de mí, volvamos a la vida actual.
“City Of Sin”
El nombre me gustaba, era como un bar-restaurant y se veía decente, bueno, comería aquí.
Me senté en una mesa que daba a la calle, para contemplar el paisaje. Ordene carne al jugo con arroz y ensalada y de bebida Coca-Cola, algo no muy ostentoso. Ahora era independiente, pero a lo que dinero se trataba, todavía dependía de mis padres, así que tenía que durarme lo suficiente hasta que consiguiera trabajo aquí.
Comenzaba a enamorarme del lugar.
-Hola- dijo alguien y yo deje de mirar por la ventana, para encontrarme cara a cara con un desconocido
-lo siento pero no hablo con extraños y esta mesa la ocupo yo- dije, volviendo a mirar por la ventana
-tú para mí no eres extraña- dijo
Volví a mirarlo. Era alto, tenía ambos brazos tatuados completamente y tenía además dos tatuajes en su cuello: Una esposa policial en cada costado. Estaba vestido con una polera roja. Su piel era pálida, pero no como la mía, sus ojos eran de un color miel y estaban débilmente delineados. Tenía un piercing en el mentón y su pelo era de color negro, con un corte medio loco, a mi parecer.
Conocerlo? Nunca en mi vida lo había visto
-Soy James Sullivan, pero me dicen Jimmy- dijo, sonriendo
-tú y yo no tenemos ningún parentesco cierto?- dije, al reconocer el apellido
-no señorita Samantha Sullivan, no somos nada
-espera… como sabes mi nombre!?- dije, sorprendida
-te dije que tu, para mí, no eres una extraña
-pero yo nunca jamás en mi vida te he visto!?
-te contare la historia en un instante más, comienza a comer mejor- dijo, recién me percate que mi almuerzo ya estaba ahí. Comencé a comer sin quitarle la vista.
-y?- dije, cuando ya había cortado la carne y me disponía a comérmela
-vengo a darte la bienvenida a Huntington Beach- dijo, mirándome
-eso no es lo que me importa, lo que quiero saber es porque estás aquí, sentado frente a mí, sin que yo sepa quién eres, pero tu asegurando y demostrándome que si me conoces a mí.
-sabia que eres inteligente
-respóndeme!
-deja hacerte una pregunta antes de todo, como introducción
-ok- dije, resignándome a recibir una respuesta rápida
-te das dado cuenta que sueles encontrar características en las personas que ni siquiera ellos saben que las tienen?
-no
-no mientas
-no miento
-si lo haces
-claro que no!
-… y que ves cosas extrañas con relación a las personas
-defíneme extrañas?
-ves? No miento
-Me descubriste- dije, llevándome el vaso de bebida a la boca- y eso que tiene que ver con que tu estés aquí?
-esa “cualidad” ¿Qué te ha demostrado?
-que no tengo amigos por culpa de eso
-lo que pasa- dijo- es que no te juntas con las personas equivocadas
-yo me junto con quien quiero
-haber- dijo, mirando a su alrededor- ese joven de ahí ¿Qué ves?- apunto al aludido y yo mire de reojo
-esta noche quiere acostarse con alguien- dije- espera- lo mire sorprendida- por qué digo eso? Ni siquiera sé quien es!
-estas en lo correcto, quiere acostarse con alguien el día de hoy
-puedes estar afirmando todo lo que digo o tal vez ya lo conoces!
-no, no lo conozco- dijo
-no entiendo esto!- dije, dejando de comer y cruzándome de brazos- no sé quién eres, no entiendo lo que dices… no sé NADA
-creo que tendré que explicártelo de otra forma, no me estas entendiendo
-si fueras más explicito Jimmy, lo entendería
-vamos- dijo
Estaba caminando por las calles de Huntington Beach
Abrí los ojos de sobremanera. No entendía en qué momento ni como abandone el bar-restaurant, pero ahora caminaba por las calles, mientras Jimmy caminaba a mi lado
No entiendo, no entiendo, no entiendo
Quiero devolverme a Nevada!
-pero... como!? Que hago aquí!?- dije, mirando hacia todos lados
-estas caminando ¿Qué tiene eso de extraño?- dijo Jimmy
-en qué momento nos fuimos del lugar? Quien pago la cuenta?
-no intentes encontrarle sentido lógico a esto, no lo tiene
-claro que no lo tiene! Ahora explícame quien diablos eres tu!
-en esa pregunta esta la respuesta
-ah?
-analiza la pregunta que acabas de hacer
-eres… el diablo?- dije, incrédula
-algo así
-tú crees que te voy a creer eso?- dije, riéndome
-me crees y lo sabes
-ya… hagamos como que te creo- dije- ahora qué? Vas a ofrecerme algo para que te venda mi alma?
-no soy el diablo- dijo- soy… como su mensajero, por decirlo de alguna forma
-y que haces?
-me encargo de que todo marche bien
-que marche bien qué?
-conoces los siete pecados capitales?
-conocerlos? Claro!
-los pecados capitales fueron creados por mi jefe para condenar a la gente y mi trabajo es encargarme de que siempre haga gente que mantenga vivo esos pecados
-bastante enredado pero sigue
-los pecados se encargan de hacer que cada día, tengan más seguidores y yo me encargo de que hagan su trabajo
-y yo tengo que ver aquí porque..?
-sabes cuál es tu pecado capital?
-no
-ahí está tu problema- dijo
-problema? Por qué?
-todos tienen un pecado y tu… pareciera como si no tuvieras
-soy una santa
-no, no es eso- dijo- tus pecados y virtudes están en tal equilibrio que pareciera como si estuvieran
-y?
-y eso hace que tengas esa capacidad tan especial, la de ver en las personas cosas que el resto desconocen
-já! Soy genial
-y es por eso que vengo a buscarte- dijo. Me detuve y me pare frente a él
-gracias por la charla sobre el mal y esas cosas, pero yo no voy a vender mi alma y tampoco creo en charlatanes, así que adiós!- dije y retome mi marcha, camino al departamento.
Camine tranquilamente a mi nuevo hogar.
Había estado ahí con anticipación, así que no me costó tanto llegar a el. De vez en cuando, volteaba para fijarme si el tal Jimmy me seguía y me alegraba de saber que no.
Siete pecados capitales?
El diablo?
¿Cree que nací ayer?
Abrí la puerta del departamento y luego la cerré con la misma delicadeza con la que la abrí, no sabía cómo estaba hecha, por lo que no quería terminar con la puerta en la mano
-me gusta este departamento, es acogedor- dijo alguien y yo me voltee asustada, encontrando a Jimmy sentado en uno de los sillones
-QUE HACES AQUÍ!? Tu me quieres matar de un susto!?- dije, caminando hacia él
-te dije, soy un mensajero del Diablo
-ok, quien te entrego las llaves? No tengo dinero así que no hay nada que robar!- dije, un poco enojada
-Samantha ¿Por qué no quieres crees?
-Todo esto es estúpido! Si se supone que me conoces, sabrías que yo no creo en esas cosas
-claro que lo sé, por eso sé que aceptaras el trato que te tengo
-trato?
-no he terminado de darte el mensaje
-haber?
-toma asiento por favor- dijo
-no gracias, estoy bien de pie
-la gente está tratando de irse por el buen camino, ósea, no quiere caer en los pecados
-bien me parece- dije, cruzándome de brazos
-entonces, necesitamos que tú y tu capacidad especial nos ayuden
-ayudarlos? Me está empezando a interesar
-necesitamos que nos ayudes a ver las capacidades de las personas, porque estamos eligiendo mal los pecados para cada uno y por eso no caen y tu podrás decirnos cual le viene más
-ya…?
-y de paso sabremos cuál es tu pecado capital
-y que gano a cambio?
-Te concederemos tres deseos
-y como sé que no hay alguna trampa en todo esto?
-a pesar de todo, el Diablo es la persona más confiable que puede existir, el cumple su palabra
-podre pedir cualquier cosa?
-cualquiera
-y no hay trucos?
-no hay trucos
-sabes? No entiendo bien lo que me quieres decir, debe ser que ando lenta el día de hoy, pero aceptare tu propuesta
-si quieres te lo explico de nuevo
-no gracias, debes estar cansado
-entonces
-acepto tu trato señor James Sullivan, acepto ayudarte a ti y al Diablo en lo que se que necesiten
-en ese caso…- dijo, levantándose- debes acompañarme
-acompañarte? Donde?
-tienes que conocer a los pecados
-conocer a los pecados? Pero si sé cuáles son!
-créeme, no los conoces
-ok, ok, voy contigo- dije de mala gana
Esto era raro: Acababa de hacer un trato con el Diablo, porque él me necesitaba y blablablá, bueno, ustedes lo escucharon.
Espero que esto no me afecte.
Tal vez será divertido ¿Quién sabe?
-Jimmy?
-ah?
-podre quedarme con un par de almas?
-que tipo de pregunta es esa!?
-Bueno, tenía que intentarlo- dije, mientras caminaba a su lado, por las calles de Huntington Beach- Oh! Se me olvidaba.
-Que cosa?
-Tengo que golpearme dos veces por haber dicho el nombre prohibido
-no entiendo
-tranquilo, es mucho como para que entiendas, mejor, sigamos caminando
Puedo casarme con Samantha? XDDDDDDDDD
ResponderEliminarMe gusto el fic :')))))
Pucha :C se borró mi super comentario genial D:
ResponderEliminarBueno te decia.... ehhh xD eso de la habilidad de samantha... me recordó una conversación que tuve hace algun tiempo con unas compañeras... pq yo les dije que a veces me pasaba que sentia que sabía como era la gente sin hablerles hablado mucho.. y me pidieron que las describiera (notese que no hablo mucho con ellas xD) y ... lo mas raro fue que si achunté a casi todas xDDDD!
kjashd y eso de como agarra pal leseo a Jimmy ;w; me encantó xD es tan kjdashd choro pq... no le tiene miedo a pesar de que es ayudante del diablo (bueno, con su habilidad debió de notar que se trataba solo de un amante de los patos =/) y y concuerdo con eso de que el diablo es confiable B)